📌 La ilusión del “equipo maduro”: cuando la experiencia tapa los problemas

🎬 Introducción

«Somos un equipo senior.»
«Nos conocemos de memoria.»
«Ya sabemos cómo hacer esto.»

Estas frases, tan comunes, suenan a solidez. A confianza. A madurez.

Pero muchas veces, esconden lo contrario:
una zona de confort disfrazada de expertise.

El mito del “equipo maduro” puede ser una trampa peligrosa:
porque cuando nadie cuestiona nada, los problemas se acomodan.


🧠 ¿Qué significa realmente “madurez de equipo”?

No es cuántos años llevamos juntos.
Ni cuántas crisis sobrevivimos.
Ni cuántas herramientas usamos.

Madurez es:

  • Poder tener conversaciones incómodas sin romperse
  • Saber cuándo sostener y cuándo desafiar
  • No repetir fórmulas sólo porque funcionaron antes
  • Tener la capacidad de desaprender juntos

📍Caso real

En una empresa agroindustrial argentina, el comité de dirección tenía una trayectoria impresionante:
20 años de trabajo conjunto, muchos éxitos, relaciones fuertes.

Pero cuando llegó el momento de rediseñar el modelo operativo para escalar, todo empezó a fallar.

  • Las reuniones eran superficiales
  • Las decisiones se postergaban indefinidamente
  • Nadie desafiaba las propuestas del CEO

Desde fuera, parecía un equipo alineado.
Desde dentro, era un cementerio de temas estratégicos no resueltos.

El punto de inflexión llegó con una facilitación externa.
Lo primero que se hizo no fue diagnosticar procesos,
sino romper el pacto tácito del «no molestar».

A partir de ahí, pudieron emerger temas reales:
temor al conflicto, rutinas caducas, roles congelados.


🪞Metáfora: el vino viejo que se convierte en vinagre

La experiencia no gestionada se pudre.
Un equipo con historia, si no se ventila,
se convierte en un caldo de conformismo, pequeñas traiciones silenciosas y decisiones tomadas por inercia.

No todo lo viejo es sabio.
No todo lo cómodo es saludable.


🚨 Señales de madurez ilusoria

  1. Reuniones eficientes pero vacías
    Se habla solo de lo operativo. Lo importante “no es el momento”.
  2. Poca rotación de ideas
    Siempre los mismos referentes, las mismas respuestas, los mismos argumentos.
  3. Bromas defensivas
    Chistes que evitan la profundidad. Ironías que anestesian.
  4. Resistencia a lo externo
    Se rechazan miradas nuevas con frases como:
    “Esto ya lo intentamos” o “No conocen nuestra cultura”.

🛠️ Cómo salir de la ilusión

  1. Auditoría relacional
    ¿Cuándo fue la última vez que tuvimos una conversación de fondo sobre cómo trabajamos juntos?
  2. Revisar pactos invisibles
    ¿Qué temas no se hablan? ¿Qué emociones no se permiten?
  3. Invitar a la disrupción con reglas claras
    Roles rotativos, provocaciones deliberadas, presencia de facilitadores externos.
  4. Evaluar la madurez con datos, no con percepciones
    Medir toma de decisiones, calidad de feedback, ciclos de aprendizaje reales.

🚫 Cuidado con…

  • Confundir historia con sabiduría
    Un equipo con años puede haber acumulado hábitos disfuncionales, no aprendizajes.
  • Premiar la armonía excesiva
    A veces, el desacuerdo es la señal de salud.
  • Creer que “ya estamos bien así”
    Nadie escala con estructuras pensadas para otra etapa.

✨ Cierre

Un equipo maduro no es el que nunca discute,
sino el que puede tensionarse sin quebrarse.

Madurez no es blindarse.
Es afilarse sin perder el respeto.

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